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La Entrada al Camino. El Inicio del Viaje.
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La Entrada al Camino. El Inicio del Viaje.

Episodio 2

LA ENTRADA AL CAMINO. EL INICIO DEL VIAJE.

Hoy quiero empezar por el principio, y el principio en este caso, son esas interrogantes a las que siempre llega quien, por lo general, empujado por una circunstancia de su vida que lo sobrepasa, que excede sus propios recursos, intuye que debe hacer un cambio, o directamente en la consulta, en el acompañamiento, es llevado a comprender que no puede salir de la situación conflictiva en la que se encuentra, sin hacer un trabajo interior. Ese momento de descubrimiento también se experimenta con mucha frustración e incertidumbre, al darse cuenta que es algo totalmente desconocido y que no se sabe cómo empezar. Surgen entonces las preguntas honestas y a su vez desesperadas: ¿Qué tengo que hacer?  ¿Por dónde empiezo? ¿Cuál es el primer paso? ¿Cómo lo hago?

Este episodio pretende dar respuesta a todo esto y lo he dividido en tres partes o puntos principales de abordaje.

1.- LA PREGUNTA. DEVELAR QUÈ NOS ATRAPA.

Quien emprende el viaje pronto va a aprender que las preguntas más importantes no son respecto del camino, sino que es lo que el caminante aprenda a preguntarse sobre sí mismo. Quien interrogaba al universo, a lo externo, al ver ahora que algo oculto en él es desde donde se arma ese universo del que vive quejándose, está en condiciones de dar el paso más trascendente que hasta ese momento pudo dar en su vida; interrogarse a sí mismo como creador de su universo.

Lo que la persona no sabe, es que hacerse esas preguntas ya es el primer paso fuera del círculo de baba. Cuando alguien comienza a cuestionarse a sí mismo aquello que le reclamaba al otro, entonces ya ha empezado a recorrer, le queda mucho camino por delante, pero ya ha comenzado a hacer lo imprescindible; ha dejado de creer que lo de afuera no tiene nada que ver con él, ha empezado a comprender que “como es adentro es afuera” , que lo que ve es un reflejo de lo que él lleva consigo, pero que no lo veía porque estaba oculto dentro de él, y que por eso precisamente, para poder verlo, entonces lo proyecta afuera, en el mundo, en los otros. 

Ya Sócrates hace siglos atrás nos decía “La verdad ya está inscrita en el fondo del ser humano, lo que hay que hacer es guiar a la persona a través del cuestionamiento para llevarla a una especie de parto en el que da a luz a la verdad esencial”. La mayéutica socrática consistía en enfrentar, a través de preguntas, al sujeto con sus creencias, hasta que este por sí mismo se percataba del sin sentido de las mismas.                                       

Por lo general cuando llegamos al punto en el que nos permitimos cuestionarnos, dudar, hacernos preguntas importantes y difíciles es porque sentimos que algo en nosotros se ha roto. La coraza, la barrera del ego, que nos había estado encubriendo, por fin se ha agrietado y podemos ver a través de esa estructura con la que tanto nos habíamos identificado.

Quizás las grietas siempre estuvieron ahí pero no te atrevías a observar, o quizás eran muy pequeñas, pero ahora probablemente el dolor sea mucho mayor y por eso la grieta se ha abierto más y ha dejado entrar la luz para que puedas ver todo lo que antes estaba envuelto en oscuridad. Sea cual sea el caso, lo importante es que sepas que el ego solo conoce sus propios contenidos, no los contenidos del inconsciente, por lo tanto, por favor no sigas preguntándole a quien no sabe, a quien no tiene las respuestas que buscas.

“cuando de este modo te niegues a tratar de enseñarte a ti mismo lo que no sabes, el guía que se te ha dado te hablará y ocupará el lugar que le corresponde en tu conciencia en el momento en que tú lo desocupes y se lo ofrezcas a él”

Tomarnos el trabajo de cuestionarnos ese desde donde actuamos lo que actuamos, decimos lo que decimos, pensamos lo que pensamos y sentimos lo que sentimos, nos permitirá acceder a eso que desde la oscuridad está dirigiendo a nuestro personaje y construyendo y viviendo nuestras vidas.

Todo aquel que en algún momento haya tratado de dejar un mal hábito, de repetir un patrón de conducta, de empezar un proyecto, de aprender algo nuevo, de salir de una mala relación, de dejar un vicio, de empezar desde cero… Se ha encontrado con un límite, con un obstáculo que parece más fuerte que él, que parece imposible de atravesar. Ahí está un borde del círculo de baba invisible que lleva consigo, ahí está la sombra, la cárcel.

En esos momentos sería justo preguntarnos lo que preguntaba Buda “Quién mueve tu lengua cuando hablas”. Si precisamente cuando se supone que queremos hacer nuestra voluntad, cumplir nuestros deseos, resulta que no podemos… ¿Entonces quién está dirigiendo nuestras vidas? ¿Y si no somos nosotros entonces quién es? ¿Quién lo está haciendo ahora mismo? ¿Por qué no soy capaz de hacer lo que quiero hacer? ¿Por qué repito siempre los mismos errores? ¿Por qué me duelen siempre las mismas cosas? ¿Por qué no puedo soltar lo que me hace daño? ¿Por qué caigo siempre en las mismas dinámicas en mis relaciones personales?

Si decidiéramos dejar a un lado la negación y hacer el trabajo que corresponde, entonces veríamos, no sin dolor, por supuesto, que todo este tiempo hemos sido tal cual un robot que solo ejecuta el programa que le vino instalado, un programa en constante y continua repetición. La única forma de salir del automatismo es descubrir desde dónde está operando el programa que ha llevado el control hasta ahora.

Un curso de Milagros nos dice:

“El conflicto debe ser resuelto. Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños. Tiene que verse exactamente como es, allí donde se cree que está, y tiene que verse también la realidad que se le ha otorgado y el propósito que le ha asignado la mente. Pues solo entonces se desmantelan sus defensas y la verdad puede arrojar luz sobre él según desaparece”. 

¿Qué nos quiere decir esto? No es evadiendo, distrayéndonos, manteniéndonos sedados, dormidos e inconscientes, como vamos a dar el primer paso para salir del lugar de sufrimiento en el que estamos, es precisamente haciendo todo lo contrario, es atravesando el dolor, enfrentando el conflicto, la incertidumbre, cuestionándolo todo, viéndolo de frente, yendo a la oscuridad, llamándolo por su nombre y poniendo luz sobre ello… como la verdad entonces puede hacerse presente.

Con respecto a esto, Carl Jung decía lo siguiente y yo no podría estar más de acuerdo:

“No es posible despertar la consciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.

Más claro imposible, No te engañes creyendo que vas a un día de spa, o a pasear por un jardín de rosas, el camino es difícil, la verdad duele, dicen por ahí, pero lo que duele no es la verdad, la verdad libera y trae paz. Lo que duele es vencer toda la resistencia que hemos puesto para no verla y es que sufrir tiene sus ventajas, aunque nos cueste tanto admitirlo.

UCDM nos dice también lo siguiente:

“El primer paso correctivo para deshacer el error es darse cuenta, antes que nada, que todo conflicto es siempre una expresión de miedo. Los miedos son el resultado de las creencias ocultas y equivocadas que albergamos en nuestra mente; siempre culpa. Solo el estudio de los pensamientos que lo producen, de la mano del ser, nos conducirá a la causa oculta generadora de todo, y es ahí donde debemos actuar.

El mundo no puede hacer que aprendas estas imágenes de ti mismo a no ser que desees aprenderlas. Llegará un momento en que todas desaparecerán y te darás cuenta de que no sabes lo que eres. A esta mente abierta y receptiva es a la que la verdad retorna, sin impedimentos ni limitaciones. Allí donde todos los conceptos del ego han sido abandonados, la verdad se revela tal como es. Cuando todo concepto haya sido cuestionado y puesto en tela de juicio, y se haya reconocido que estaba basado en suposiciones que se desvanecerían ante la luz, la verdad quedará entonces libre para entrar a su santuario, limpio y despejado ahora de toda culpa”. UCDM

Solo el estudio de los pensamientos asociados al conflicto que causan el sufrimiento, puede producir la sanación. Para hacerlo deben ser vistos y cuestionados, pues de esa forma a esa mente ahora limpia y abierta la luz y la verdad pueden retornar. No poner las creencias en tela de juicio implica directamente mantener la puerta cerrada a la curación.

2.- LA RENDICIÒN Y LA CALLADA RESPUESTA.

“Precisamente la situación de estar sin recursos es la que nos pone en el lugar adecuado, porque mientras creamos que somos capaces de controlar la situación, con la enésima estrategia, no aceptaremos ayuda ni la buscaremos. Lamentablemente y sobre todo al comienzo, solo desde la desesperación por nuestra incapacidad de resolver los problemas que se nos presenten con recursos propios, seremos capaces de pedir y aceptar la ayuda que se nos ofrece.

Puedes aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dilaciones, pero no puedes desvincularte de quien fija los límites de tu capacidad para crear falsamente. Una voluntad aprisionada engendra una situación tal, que, llevada al extremo, se hace completamente intolerable. La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. A la larga todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor”. UCDM

Helen Schucman y su compañero recibieron el curso de milagros solo después de estar tan cansados de intentarlo todo por sus propios medios y entonces declarar “tiene que haber otra manera”. Esa única y simple declaración permitió que entrara la información que necesitaban y que los liberaría para siempre de las cadenas personales que cada uno llevaba y que los mantenía en una guerra entre ellos.

La máxima del ego es siempre la misma “busca, pero no encuentres”. Cuando se llega al punto máximo de cansancio y sufrimiento por estar en el buscar y no hallar, entonces ahí estamos preparados para cuestionarlo todo, para decir “tiene que haber otra manera” y para recibir la respuesta.

“El mundo es una ilusión. Los que eligen venir a él andan buscando un lugar donde poder ser ilusiones y eludir su propia realidad. Mas cuando se dan cuenta de que su realidad se encuentra incluso aquí, entonces se hacen a un lado y dejan que esta les muestre el camino. Hazte a un lado con fe y deja que la verdad te muestre el camino. No sabes a dónde vas, pero uno que sabe te acompaña.

En la quietud todas las cosas reciben respuesta y todo problema queda resuelto serenamente. Sumérgete en la más profunda quietud por un instante, ven sin ningún pensamiento de nada que hayas aprendido antes y deja a un lado las imágenes que has inventado. Nada te hará daño en este santo lugar a dónde vienes a escuchar en silencio y a aprender qué es lo que realmente quieres. Esto será lo único que se te pedirá aprender. Mas al oírlo, comprenderás que lo único que necesitas hacer es abandonar los pensamientos que ya no deseas y que nunca fueron verdad”. UCDM

Hasta que no dejes de desear escuchar la voz del ego, será muy difícil que decidas escuchar la voz de Dios, en el instante en que pones en duda la guía del ego, se enciende una pequeña luz.

“siempre que reconoces que no sabes, la paz retorna a ti, pues has invitado al Ser a que retorne al haber abandonado al ego”.

El ¡Me rindo! Es el paso principal para dejar entrar a Dios. Mientras sigas creyendo que tú tienes las respuestas, que tú tienes las soluciones, entonces no irás en busca de un maestro. Cuando se hace evidente que no sé lo que estoy haciendo, que no entiendo nada, porque he intentado todo por mis propios medios y lo único que he conseguido es seguir sufriendo, entonces ahí estoy listo para pedir guía.

“Aprende a aquietarte porque su voz se oye en la quietud. Y su voz les llega a todos los que se hacen a un lado y, escuchando apaciblemente lo esperan”.

El dolor es fundamental para que se produzca la rendición, cuando me rindo lo que se rinde es el yo, entonces estoy sacando al ego de la ecuación porque no me gustan los resultados que he obtenido siguiéndolo a él. Cuando puedo decir “hágase tu voluntad” es porque ya me he dado cuenta que “su voluntad” es también la mía, como ya he visto los resultados que me ha proporcionado seguir al ego, entiendo que ya no tengo por qué seguirlo, así pues, ahora me pongo del lado de mi divinidad, me hago a un lado y dejo que se me muestre el camino. Eso es lo que realmente significa rendirse, desear únicamente la paz, hacerse a un lado, parar de intervenir, soltar la ilusión de control y dejar que la inteligencia que todo lo rige, ponga cada cosa en su lugar.  Pero eso raramente se logra mientras todo va bien.

Carl Jung lo expresa así:

“Explorando nuestras propias almas, llegaremos a los poderes que duermen en la psique, de los cuales rara vez somos conscientes mientras todo va bien”.

Cuando las cosas en nuestras vidas, marchan según lo previsto, no tenemos ninguna razón para abandonar al ego, todo lo contrario, somos fans, nos aferramos con todas nuestras fuerzas y nos convencemos que no existe nada más. Luego, la vida misma se encarga de despertarnos de ese sueño en el que nos creemos libres y felices, mientras la realidad es que somos esclavos, actuando mecánicamente en un frenético sonambulismo.

Y el Tao nos habla de esta forma sobre la rendición:

“Rendirse para lograr algo, inclinarse para permanecer erguido, vaciarse para llenarse, morir para nacer, darlo todo para recibirlo todo. Con la aceptación desaparece la paradoja, en la acción lo complicado se vuelve simple, haga exactamente lo que sea necesario en cada momento y no haga nada más”.

3.- LA DECISIÒN. ELEGIR DE NUEVO.

“Hemos visto que tu mente solo tiene dos partes. Una de ellas la gobierna el ego y se compone de ilusiones. La otra es la morada del espíritu, donde reside la verdad. Sólo puedes escoger entre estas dos guías, y los únicos resultados que pueden proceder de tu elección son el miedo que el ego siempre engendra o el amor que el espíritu siempre ofrece para reemplazarlo. Así pues, o bien fue Dios quien estableció tu función a través de su voz o bien fue el ego que tú inventaste para reemplazarlo a él. ¿Cuál de estas posibilidades es verdad? A menos que hubiese sido Dios quien te dio tu función, esta solo podría ser un regalo del ego. Mas ¿Qué regalos puede dar el ego cuando él mismo es una ilusión y lo único que puede ofrecer son regalos ilusorios?  Piensa así mismo en las múltiples formas que tu ilusoria función ha adoptado en tu mente y en las muchas maneras por las que guiado por el ego, trataste de encontrar solución. ¿La encontraste? ¿Te sentiste feliz? ¿Te aportaron paz?  Hoy necesitamos ser muy honestos. Recuerda objetivamente los resultados que lograste y examina si en algún momento fue razonable pensar que podías encontrar felicidad en cualquier cosa que el ego propusiera”. UCDM

No es por no encontrar el camino y por no encontrar la fuerza para recorrerlo, que el hombre no se dirige hacia la trascendencia. Sino que, por no dirigirse hacia la trascendencia, no se encuentra el camino, la fuerza ni las armas con que trascender eso que habitualmente se entiende por vida.

Lo que se debe buscar no es la salida sino la entrada. El camino no se encuentra, se crea recorriéndolo. Al caminante se le muestra el camino, al que se mantiene recorriendo se le van abriendo puertas, va viendo aparecer señales que lo guían hacia el próximo tramo del camino. Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Por consiguiente, para el que no anda no hay camino, así de simple. Y si no está andando entonces significa que está sumergido en el goce de la repetición inconsciente.

Así que, si ahora elijo de nuevo y elijo diferente, ya lo oculto no elige por mí, la verdad está al mando porque he apartado al humano y he elegido al ser, al Dios en mí. Me rindo a lo desconocido, a la incertidumbre, me rindo al camino y confío en que se me vaya mostrando tramo a tramo, paso a paso, así como ha sido para muchos otros que han venido antes que yo, y para los que lleguen detrás de mí, que podrán entrar porque yo les abrí la puerta.

Entonces, lo que debemos buscar no es la salida del infierno que nos hemos construido desde la inconsciencia, sino la entrada a la paz que trae consigo el des-ocultar lo oculto y poder así, con un “desde donde” limpio y libre, crear una realidad acorde a eso que ahora sabemos que hemos elegido nosotros conscientemente como lugar propio en el universo.

"¿Quién elegiría el infierno de reconocer que eso es lo que está eligiendo?"

Lo único que puedes hacer es tomar una decisión, el resto no depende de ti.

“El cuerpo se libera porque la mente reconoce lo siguiente: nadie me está haciendo esto a mí, sino que soy yo quien lo está haciendo. Y así, la mente ahora es libre de llevar a cabo otra elección. Las pruebas por las que pasas, no son sino lecciones que aún no has aprendido, que vuelven a presentarse a fin de que donde hiciste una elección equivocada, puedas ahora hacer una mejor y escaparte del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente. En toda dificultad, disgusto o confusión, tu ser te llama y te dice con ternura: Elige de nuevo”.

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